Decisiones tomadas, caminos... no cerrados, tal vez aplazados, o para ser recorridos en diferentes formas en el futuro... y como todas las decisiones estoy pronta a enfrentar sus consecuencias... y mi viejo amigo se me cuela entre la piel, ese miedo infiltrado disfrazado de ansiedad, de poca concentración, de tantas cosas... y es que me es inevitable alterarme... debería aprender a tomar las cosas ligeramente, no tan personales, no tan profundamente, no pensarlas tanto... debería...
pero acá voy saltando hacia un vacío, claro pero como conoces, sabes que he ( o he intentado tomar) todas las medidas a mi alcance para evitar un golpe certero... y ahí es cuando entra la angustia...acaso me ha faltado algo por tener en cuenta? y si me pongo mejor otro tipo de seguros? y si... y si... tal vez si...
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (O. Wilde)
6 Mar 2008
después de la tormenta...
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2 comments:
Hay que prepararse es cierto, tal vez te pareces a mi, yo tampoco procuro dejar nada al azar y a pesar de eso también se me cuela el miedo.
Me tomaré el atrevimiento de contarte una experiencia mía:
Cuando al fin compré el casco para salidas largas en bicicleta (porque sin casco no salía ni a la esquina), el día que lo estrené tuve el peor accidente en bici que haya tenido hasta la fecha, me raspé hasta el apellido, y puedes creer que ¡al bendito casco no le pasó nada!.
A pesar de haberme preparado como yo creía prudente, no sirvió de mucho, en ocasiones salé algo imprevisto, tal vez esa sea la gracia de vivir.
¡¡¡¡Hugs!!!!, ¡you can do it!
Toda la razón Dr. eso lo voy aprendiendo poco a poco... ;)
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