No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (O. Wilde)
9 May 2011
No sé por qué motivo o razón tengo a Italia atravesada otra vez en mi cabeza... sus calles, sus faroles, el olor de la comida, el ruido de las risas, de las voces... su maravilloso idioma... su gente. Roma.
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