Tengo dos compromisos con DJP. El primero: antes de que él regrese a Colombia debo iniciar mi práctica de aikido. Porque de qué me sirve asistir a unos esporádicos seminarios si no logro captar la escencia de lo que me quieren enseñar?
Sin embargo, no sé qué me detiene a reiniciarla... tal vez creo que perdí el corazón de mi práctica. Finalmente, no solo es un conjunto armonioso de movimientos, para mí, su práctica significaba algo más profundo. Tanto así, que en algún momento de mi vida alcanzó a estar dentro de mis altas prioridades, lo que me produjo muchas discusiones con quien salía en ese momento.
No recuerdo en qué momento perdí el corazón, si bien cuando regreso al dojo y me paro sobre el tatami lo disfruto completamente y no puedo dejar de sonreír y de hacerle chistes a mis compañeros, es mi forma de demostrar lo feliz que me hace. Pero no encuentro esa necesidad y pasión que antes me producía su práctica, puede ser porque le uní otros sentimientos a estar sobre el tatami, lo que me obligó a alejarme de él, pero ya eso es pasado. Ahora, el problema, como ya dije, es que no encuentro mi corazón allí.
No obstante, veo los videos de aikido, nunca he sido muy dada a la investigación sobre sus escuelas y demás, pero cuando los veo una parte de mí salta de alegría... hay algo que se reaviva y que trata de reaparecer.... pero, si me pones a elegir entre bailar y practicar aikido, de lejos me quedo con el primero y ahora que los horarios se cruzan, pues no queda mucho que decidir.
Sin embargo, debo iniciar este mes la práctica antes de que venga DJP!!!
El segundo compromiso, bueno ese creo que será después ;)
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