10 Mar 2011

clase de contemporáneo

el lunes llegué a la academia, después de caminar por media hora, sin afanes, sin premura, sin estrés, y me encontré con un hombre altísimo (claro, podrán decir que cualquiera es altísimo a mi lado), pero sí es realmente alto, ojos dulces y sonrisa maravillosa... una persona ajena al acostumbrado movimiento allí.

Empezamos clase y él era nuestro nuevo acompañante... un percusionista maravilloso que le imprimió una energía fuertísima a una clase de plano muy complicada (primera del mes, nuevas frases, nuevos retos, nueva experiencia, etc, etc, etc).

Durante su transcurso me di cuenta lo difícil que es mantener la energía arriba y lo importante que es establecer la conexión con el entorno... al principio sentía que no lo aprovechaba, él estaba allí, y era como si estuviera muy lejano, como sí alejarlo fuera la opción más sencilla a ese nuevo dilema... raro en mi ;)

Realmente fue una clase hermosa, compleja y llena de sensaciones que me dejaron muy pensativa...

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