7 May 2010

Sobre M.

Llevo pensando desde que me subí al transmilenio qué escribir, borrador tras borrador mental ha sido desechado, porque son tantas cosas represadas que no sé ni por dónde empezar.

Tantas cosas por decirle que no he podido hacer que se vuelven un nudo en mi garganta, como me suele pasar... y al final no sale nada.

Él llegó a mi vida de la manera más inesperada posible, irrumpió en mi círculo de tranquilidad artificial y desde el primero momento puso mi vida patas arriba. No puedo negar que desde el primer instante que lo ví me gustó, me agradó ese primer gesto que hizo al verme, me agradó esos ojos atrayentes y me encantó su sonrisa franca. Puedo decir que la infinidad de detalles con las que llenó mi vida me dejaron más que atontada, los sms todos los días, sus correos, su palabras... pero sin lugar a dudas verlo esa noche en el aereopuerto con su maleta roja en la mano fue el detalle contundente.

No puedo negar que sencillamente cerré las puertas a cualquier razonamiento y tan solo me dejé llevar por sus brazos y sus besos, y de eso jamás me arrepentiré porque fueron los días más tranquilos espiritualmente que he tenido en mucho tiempo, estaba donde mi corazón quería estar y sencillamente no pensaba solo estaba allí con él...

Sé que fue una apuesta arriesgada, siempre lo supe, las cosas no son nada fáciles a distancia y más con la incertidumbre presente a todo momento. Sencillamente me enamoré de él y desde esa vez sueño con tocarlo, con meter mis dedos en su cabellera, en olerlo, en besarlo, en abrazarlo por la espalda... y estos tres meses no he hecho más que pensar en la forma de acortar la distancia entre los dos.

Cuando me enamoro la persona objeto de mi objeto toma el rol principal en mi vida, es así, aunque trate de disfrazar el sentimiento me resulta imposible, lo grito, saco letreros, en fin... todos se dan cuenta... y ahora que él me diga que eso sencillamente no está bien por la distancia que nos separa, me desconcierta.

Tal vez entendamos de manera diferente las relaciones a distancia, para mí en esas ocasiones los detalles sutiles son más importantes porque son la única forma de avivar un sentimiento que es vulnerable a desaparecer más rápido por la falta de contacto físico (o por lo menos para mí fanática de los olores y las sensaciones). Y más ahora que los detalles, correos y sms desaparecieron mi único contacto con él es su punto verde el cual ansío ver todos los días... es lo que me acerca a él... sin embargo, ahora ni eso tengo, no sé cómo tratarlo, qué decirle, o comportarme para no presionarlo, porque tal vez el problema es que sea demasiado transparente y siempre quiera decirle lo mucho que me gusta y lo mucho que lo extraño... pero si no le puedo decir lo que siento qué me queda? Aún más cuando no tengo claro que papel ocupo yo en su vida...

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