Escena de Le notti di Cabiria película de Federico FelliniSobre Madrid puedo decir muchas cosas, fue en viaje más de museos, de extasiarme por horas frente al Guernica, de caminar a una deliciosa temperatura de 38C, de almorzar en un banquito en el Retiro, de conocer mi compañera inseparable de viaje, etc, etc, etc...
Pero sobre todo, Madrid fue la primera ciudad del viaje, la ciudad donde descubrí aquellos derechos que nunca creí que un ciudadano pudiera tener. Es triste, pero es así. Me acordé mucho de Kataki durante mi viaje. Una mañana, tal vez un mes antes de viajar, ella fue a recoger a la mona para ir a clase de ballet y me acercaron a mi academia, yo llegaría a mi segunda clase porque seguramente nos acostamos muy tarde hablando de cosas varias. Entre la conversación, surgió Europa y los contrastes con la Bogotá (tantos! unos positivos, otros negativos) y siempre recordaré lo que ella dijo. Lo que más extraño de allá, es la libertad de caminar por la calle a cualquier hora desprevenidamente.
Sí, eso es lo que más me acuerdo de Madrid, la sorpresa, de poder caminar hasta más de media noche sin ningun temor, o por lo menos así lo hice yo. Ese fue el primer choque y el más fuerte que me daría la capital española. Suena melodramático, pero es así, entendí encontonces a C., quien se queja a cada instante de la ciudad y su inseguridad, a Kataki, y a tantos otros. Pero es que cómo entenderlos antes, si esa libertad reducida era mi propio referente de vida? Ese cambio no lo sentí ni siquiera en Santiago de Chile, tal vez, por que en aquella ocasión me encontraba acompañada... no sé.
Un detalle hermoso con el que terminé mi muy corto paso por Madrid, la proyección de la notti de Cabiria al frente del museo Caixa, bajo una agradable temperatura y un hermoso cielo madrileño en compañía de Mds.... sencillamente maravilloso!
No comments:
Post a Comment