No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. (O. Wilde)
21 Nov 2006
pidiendo consejo
no hay nada mejor que subir a la terraza del Q y contemplar los cerros tutelares...y así dispersar la mente y dejar fluir las ideas...
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