síntomas...

Síntoma 1:
Ese día almorzamos con vista hacia Monserrate, mi gigante hermoso. Mi "hermanito", empezó una conversación trivial, normal, ligera, suave, de esas conversaciones para un almuerzo agradable, todo bien. Entre risas hablaba de sus días como estudiante de química, de los profesores que le estimaban y del que al contrario ni lo determinaban... y fue entonces cuando noté que mi hermanito ya habla como viejito... y aunque la diferencia de edad cada vez se hace menos notable, no pude evitar cuestionarme.
Síntoma 2:
Cuando todos los amigos de mis amigos e inclusive mis amigos hablan de boda. Ahora cada vez que hablo con mis amigos, en algún momento de la conversación aparece la boda de alguien conocido... si no es del directamente involucrado. Inclusive aparece en los blogs que leo!!
Ayer en ese delicioso almuerzo con D. hablamos de su futuro matrimonio y de pronto dice: Pero tu lo tenías presupuestado, no? tal vez como respuesta a mi cara de angustia, creo yo, que fue soportada por mi afirmación anterior... -me va a dar muy duro tu matrimonio... y entonces recuerdo que dentro de mis planes personales, por ahora, esa palabra ni siquiera se asoma en el horizonte.
Síntoma 3:
Los planes de vida de cada uno se hacen, cada vez más, notablemente diferentes. Ese lugar común, centro de las conversaciones, cada vez se vislumbra más lejano, menos nítido... y la certeza que dentro de poco, todos quedaremos dispersos por el mundo.

Pero no te preocupes pequeño son sólo síntomas que me recuerdan que, dentro de poco, tendré un año más! (y para que te acordaras! je!)

Todo esto para declarar "open season" ... los innumerables cumpleaños que se avecinan!