Volver al seminario, claro no con la mente tranquila, no con el alma descansada, pero con el corazón dichoso de volver! Noté inmediatamente el vacío que dejó mi no practica de ayer, mi ritmo al iniciar la clase de aikido no era el mejor... pero eso hablaré luego.
Como es sabido a Z. sensei le encanta darnos sorpresitas en todos los seminarios, este no fue la excepción! ya nos habían anunciado una clase "especial" "particular" para el día de hoy, clase para la que se necesitaba formar parejas (hombre-mujer). No sé si mi malicia indígena se encuentra de vacaciones, pero mis expectativas se encontraban inclinadas hacia una especie de masaje o aquellos maravillosos ejercicios de energía... pero no! o bueno no en el sentido estricto.
Llegamos a clase, aunque me aclaran que no es necesario ponerse el "traje de luces" y veo que laU llegaba con una grabadora, mi malicia indígena no reaccionaba. Finalmente se presentan dos personajes, una pareja mayor, bajos de estatura, y sin características particulares. Pero una vez se fusionan a ritmo de bandoneón brillan de una forma maravillosa, esa forma de expresar sentimiento únicamente con el movimiento del hombro, con la forma de agarrar la mano, de caminar, incluso con los mismos pasos del baile, esa forma sutil de mirar... hermoso!!! Realmente un baile hermoso lleno de sutilezas.
De mi pareja que te puedo decir, maravillosa, él era el más aplicado el que corregía, no me soltaba, y llegamos a entendernos muy bien. La idea detrás del ejercicio era buscar las coincidencias entre las dos prácticas y claro que las hay. En tango si mueves un pie, el otro llega al mismo punto antes de seguir avanzando, tienes que caminar bajando tu centro, hay que apoyar primero la punta y después el talón, mmmm acaso lo he oído antes? Como no encontrar coincidencias? pero yo siempre las he encontrado en todo tipo de danzas, siempre está presente el ukke y el tori, (siempre lo he sentido así bailando salsa), para hacer contemporáneo igual hay que bajar el centro (sino te vas de narices!)... y podría seguir y seguir... pero lo más hermoso fue ver esa fusión, ver como ante el más ligero signo la pareja sabe que movimiento hacer, es un hermoso ejemplo de un ukke, que disfruta los movimientos y simultáneamente sigue los movimientos de tori...
La segunda parte: Aikido la sentí muy breve, al principio no encontraba mi ritmo, no me hallaba a gusto, pero la práctica hace maravillas y claro cuando se nos acabó el tiempo, es cuando mi alma quería más! Para hacer una anotación mental: juyinage, esa técnica mal llamada por mi “la de la crucesita” que me hizo padecer, sufrir más de una vez , hoy fluyó tan bonita, miles de errores, claro está, pero fluyó!! Lo mismo que alguna que otra técnica por ahí!
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