19 Apr 2007

el seminario

La sensación era de total incertidumbre, muchas cosas me rondaban en la cabeza, la conversación con D., con G. con miss Taiko-go, pero sobretodo ciertas palabras que me dijeran un día y que causaran en mí tremendo disgusto... solo quería ir y cumplir lo prometido, pasar a saludar y observar la clase. No te niego que fue bastante gracioso volver a verlos de nuevo, ver a C. y escuchar ese acento que me encanta, ver a D. sin Hakama de nuevo... raro, ver a Y. que está inmensa!, a ... si a casi todos! y volver a ver ese fantasma que se me aparece de reojo cada vez que veo las Hakamas en movimiento, lindo, es cierto y se vienen a mi sin aviso sus ojos almendrados, su olor; lo veo caminando entre los otros, aguardando a que empiece la clase... pero finalmente es un recuerdo, nada más.
Es en ese momento cuando empiezo a notar los gestos, las expresiones, sus movimientos. Veo la disposición al entrar al Tatami, unos con agilidad, otros lentamente, unos afanados porque llegan tarde, otros en puntitas (Oh! te veías hermosa de puntitas miss Taiko-go), incluso algunos desencajados...en otros se notaba el cansancio de las anteriores jornadas, pero todos muy ansiosos por entrar. Saludo, Z. y sus tres trenzas en la quijada, G. y su perfume que sube hasta el balcón donde me encuentro, L. y su uña blanco con negro, Taiko y su cabello que se le suelta de la moña, J. mirando para todos lados, F. con su sonrisa, D. que cierra los ojos pero al rato los abre sorpresivamente, como aguardando... no sé, extraño, sin pensarlo saltaron a mi vista los más delicados detalles de cada uno, su forma de mirar, de atender, incluso de sentarse en seiza (la posición de los dedos de los pies, de la espalda, las manos...) y me sorprendo a mi misma haciendo una colección de detalles, de aromas y de sonidos; no estaba atenta, como mis vecinos, a los movimientos de la respiración al estilo Hojo, ni a los taisabakis... nada técnico, para mí era una maravillosa escena donde las expresiones y las pequeñas cosas se fusionaban, era un momento en que cada uno dejaba ver algo de ellos, algunos sin percatarse, otros, tal vez, cumpliendo un papel. Fue un momento corto pero hermoso, totalmente diferente a las anteriores ocasiones, aunque es cierto que me daban ganas de tirarme por la ventana y saltar al tatami, fue, para mí, otra forma de ver una práctica.
Todo esto antes de que Z. parara la práctica y empezara a hablar sobre el honor... pero de eso hablaremos luego...

2 comments:

ru said...

¡qué hermoso! y oh gracias! Me encantó ver a través de tus ojos la práctica de ayer. y esa charla sobre el honor... en fin.

maryoku said...

Gracias, (con un poco de bochorno) y si mi querida Taiko-go, esa charla sobre el honor fue... (suspiro)... especial... y certera, bueno o eso creo yo.